Hoy al igual que todos los días, venía a mi trabajo en el metro. Un bullicio tremendo se tejía en el vagón al cual "pude subir". Era un grupo de muchachas de entre unos 14 y 16 años aproximadamente. La conversación que llevaban se enredaba entre minos, huevadas, profes e incluso la expresión "gorrito" hizo su aparición en el contexto algo atrevido del cual se hablaba. De pronto una de ellas dijo: oye...calmate que vamos en el metro!!!!!!, a lo que otra respondió "Media huea". Así son los tiempos ahora....No es que me considere un modelo de educación y respeto, pero hay cosas que uno con el tiempo va entendiendo y por cierto algunos terminan moderándose. Sin embargo, al ver aquella escena me fue imposible no recordar mis tiempos de escolar.
El punto es que siempre hay en los grupos, uno que perturba de algún modo al de al lado. La chica que gritó aquello, era efectivamente la que más hablaba y lo hacía de un modo grotesco. Las dos que iban a su lado la acompañaban cual orquesta junto a su director, mientras que otras dos, sumamente calladas, solo observaban y se reían de lo que las otras hacían o decían. Prácticamente eran el público de aquel triste espectáculo.
De una u otra forma, todos nos dejamos influenciar en su tiempo o en su momento por "alguien". Lamentablemente no siempre ese alguien es una influencia positiva. Pero sin duda que son un mal necesario, pues muchas veces nos hacen "despertar" de nuestro desapego por el mundo. El problema es que para algunos esa influencia termina siendo una perdición al no saber hasta que punto dejar que influyan en tu vida. En fin, probablemente cuando estés frente a un grupo, siempre habrá alguien que inevitablemente influye al resto, si esa influencia es positiva prestémosle atención, tal vez aprendamos algo de aquella persona, si no es el caso sólo queda aceptar que desgraciadamente seguirán existiendo, sin embargo seguirán siendo solamente aquello.......un mal necesario.
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